[1/1] Kaze
May. 9th, 2009 10:22 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
![[community profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/community.png)
Fandom: Inuyasha.
Personajes: Kagura.
Resumen: Los pensamientos de Kagura respecto a su situación y otras cosas en un momento en el que, tal vez, las cosas podrían cambiar para ella.
Viento, aire frío con olor a muerte. Eso es todo lo que siento a mi alrededor.
Mis manos están manchadas de sangre, mi propia sangre.
Intento enfocar mi vista en algún punto fijo pero me es imposible, todo a mi alrededor da vueltas y mis ojos están cubiertos por un velo opaco.
Trato recordar algo de mi misma, pruebo buscar en mi confusa mente una sola razón para levantarme y vivir. Volver a lo que, tal vez, debería llamar "hogar" y buscar a alguien que cure mis heridas.
Supongo que esa es la única forma de poder salir de esta especie de sopor e ignorar las miles de heridas de mi lastimado cuerpo.
Pero mi único descubrimiento es una simple palabra: libertad.
¿Qué es la libertad? ¿La liberación de todas las cadenas que he tenido desde el momento en que comencé a existir?
¿Podré conseguirla algún día?
Mi lejano corazón me contesta abierta y cruelmente: no.
¿La razón? La llave, mi llave, está lejos de mi alcance.
Recuerdo de forma lejana que alguna vez llegué a sentirme libre al sentir como el viento acariciaba mi rostro y mis pensamientos eran borrados por ese cariño silencioso. Pero eso duraba poco, nunca llegó a ser lo suficiente para hacerme olvidar por mucho tiempo que seguía estando sujeta a los planes de mi 'padre' y creador, y a su destino.
¿Qué más puedo hacer aparte de entregarme a los brazos de la antes distante muerte y pedirle la libertad que siempre he deseado poseer?
Pero algo no quiere dejarme librarme de todas mis ataduras, algo mantiene mi corazón latiendo fuertemente a pesar de que mi sangre continuase esparciéndose por el suelo.
Algo -o alguien- que me odia lo suficiente para no permitirme seguir un camino de libre albedrío. Un ser al que le devuelvo su odio de forma más intensa de la que cualquiera puede imaginar, más potente que el lejano y oculto sentimiento de amor que guardo en alguna parte de mi corazón hacía mi llave.
O una de las llaves... me aventuro a pensar. Quiero creer que existen más posibilidades de que existan seres capaces de derrotar a Naraku. Aunque hasta ahora la mayoría de los que se le han opuesto han enfrentado sólo a sus títeres y no han sido más que leves molestias para él; nunca los ha considerado sus iguales, sus enemigos.
Además... ¿existe alguien que quiera liberarme de él? ¿O todos me ven como su fiel servidora, una hija con las mismas metas que su padre?
Escucho ruidos de pasos muy lejanos, tal vez alguien viene a dejarme caer por fin en la deliciosa oscuridad de la muerte.
Puedo oir una voz, mas no puedo entender claramente lo que dice.
— ... acas ...res ... n cobarde ... rer ... morir.
Mas lo poco que comprendo basta y me lleva a preguntarme "¿Querer morir es cobardía?". Tal vez, pero es la única forma de conseguir la libertad que tanto he anhelado. ¿Acaso tengo alguna otra opción?
En un intento desesperado intento enfocar mi vista y ver más que manchas grises a mi alrededor. A duras penas consigo vislumbrar los pies de la persona que estaba a mi lado ¿Quién es? ¿Por qué no acabó conmigo? ¿Por compasión?
—Kagura.
Ahora Naraku me está llamando, pero eso no importa. ¿Quién era el de antes? ¿¡Quién!?
—Kagura.
Suena impaciente dentro de mi mente, pero lo ignoro nuevamente e intento ver a la ya lejana figura que está a punto de perderse entres los árboles.
Poco a poco mi vista se comienza a aclarar, pero el reflejo del sol en la persona que tengo frente me obliga a cerrar los ojos de inmediato. ¿Podría ser cierto lo que creí ver por un segundo o ya comencé a alucinar por la perdida de sangre?
Creí ver un ser de hermoso cabello blanco en el que sólo el sol y la luna tienen derecho a reflejarse, un ser despiadado y orgulloso; alguien que tiene el poder necesario para acabar con Naraku.
—Sesshômaru... —murmuro y comienzo a levantarme con un gran esfuerzo.
Si era él, ya no está aquí. Ahora me encuentro sola y mis heridas están comenzando a cerrarse.
¿Qué sucedió?
—¡Kagura!
¿Acaso ese hanyô no puede dejarme en paz?
Con algo de trabajo saco una de mis plumas y comienzo a elevarme. El viento, como siempre, me da una agradable bienvenida y me confirma la respuesta que nunca vi del todo, tal vez por tenerla tan cerca.
Vale la pena sufrir todo esto si al final puedo ser una con el viento y sé que lo conseguiré.
¿Qué importa si soy tan cobarde para desear la muerte nuevamente?
Lo era, siempre estuve temerosa después de ver el poder que él tenía sobre todos -sobre mí- pero no lo seré más.
Confiare en él y en todos los que luchan, aunque lo hagan por sí mismos y no por mí. Sé que ellos lo acabaran y alcanzare mi mayor deseo, pero mientras tanto tendré que seguir con mi vida y observar todos sus avances sin que él se de cuenta.
—¡KAGURA!
—Ya voy en camino —murmuro molesta, sabiendo que él me está escuchando y que recibiré un castigo por fallar en la misión que me encomendó. Pero no importa, algún día seré libre y todo esto se convertirá en un lejano recuerdo.
Personajes: Kagura.
Resumen: Los pensamientos de Kagura respecto a su situación y otras cosas en un momento en el que, tal vez, las cosas podrían cambiar para ella.
Viento, aire frío con olor a muerte. Eso es todo lo que siento a mi alrededor.
Mis manos están manchadas de sangre, mi propia sangre.
Intento enfocar mi vista en algún punto fijo pero me es imposible, todo a mi alrededor da vueltas y mis ojos están cubiertos por un velo opaco.
Trato recordar algo de mi misma, pruebo buscar en mi confusa mente una sola razón para levantarme y vivir. Volver a lo que, tal vez, debería llamar "hogar" y buscar a alguien que cure mis heridas.
Supongo que esa es la única forma de poder salir de esta especie de sopor e ignorar las miles de heridas de mi lastimado cuerpo.
Pero mi único descubrimiento es una simple palabra: libertad.
¿Qué es la libertad? ¿La liberación de todas las cadenas que he tenido desde el momento en que comencé a existir?
¿Podré conseguirla algún día?
Mi lejano corazón me contesta abierta y cruelmente: no.
¿La razón? La llave, mi llave, está lejos de mi alcance.
Recuerdo de forma lejana que alguna vez llegué a sentirme libre al sentir como el viento acariciaba mi rostro y mis pensamientos eran borrados por ese cariño silencioso. Pero eso duraba poco, nunca llegó a ser lo suficiente para hacerme olvidar por mucho tiempo que seguía estando sujeta a los planes de mi 'padre' y creador, y a su destino.
¿Qué más puedo hacer aparte de entregarme a los brazos de la antes distante muerte y pedirle la libertad que siempre he deseado poseer?
Pero algo no quiere dejarme librarme de todas mis ataduras, algo mantiene mi corazón latiendo fuertemente a pesar de que mi sangre continuase esparciéndose por el suelo.
Algo -o alguien- que me odia lo suficiente para no permitirme seguir un camino de libre albedrío. Un ser al que le devuelvo su odio de forma más intensa de la que cualquiera puede imaginar, más potente que el lejano y oculto sentimiento de amor que guardo en alguna parte de mi corazón hacía mi llave.
O una de las llaves... me aventuro a pensar. Quiero creer que existen más posibilidades de que existan seres capaces de derrotar a Naraku. Aunque hasta ahora la mayoría de los que se le han opuesto han enfrentado sólo a sus títeres y no han sido más que leves molestias para él; nunca los ha considerado sus iguales, sus enemigos.
Además... ¿existe alguien que quiera liberarme de él? ¿O todos me ven como su fiel servidora, una hija con las mismas metas que su padre?
Escucho ruidos de pasos muy lejanos, tal vez alguien viene a dejarme caer por fin en la deliciosa oscuridad de la muerte.
Puedo oir una voz, mas no puedo entender claramente lo que dice.
— ... acas ...res ... n cobarde ... rer ... morir.
Mas lo poco que comprendo basta y me lleva a preguntarme "¿Querer morir es cobardía?". Tal vez, pero es la única forma de conseguir la libertad que tanto he anhelado. ¿Acaso tengo alguna otra opción?
En un intento desesperado intento enfocar mi vista y ver más que manchas grises a mi alrededor. A duras penas consigo vislumbrar los pies de la persona que estaba a mi lado ¿Quién es? ¿Por qué no acabó conmigo? ¿Por compasión?
—Kagura.
Ahora Naraku me está llamando, pero eso no importa. ¿Quién era el de antes? ¿¡Quién!?
—Kagura.
Suena impaciente dentro de mi mente, pero lo ignoro nuevamente e intento ver a la ya lejana figura que está a punto de perderse entres los árboles.
Poco a poco mi vista se comienza a aclarar, pero el reflejo del sol en la persona que tengo frente me obliga a cerrar los ojos de inmediato. ¿Podría ser cierto lo que creí ver por un segundo o ya comencé a alucinar por la perdida de sangre?
Creí ver un ser de hermoso cabello blanco en el que sólo el sol y la luna tienen derecho a reflejarse, un ser despiadado y orgulloso; alguien que tiene el poder necesario para acabar con Naraku.
—Sesshômaru... —murmuro y comienzo a levantarme con un gran esfuerzo.
Si era él, ya no está aquí. Ahora me encuentro sola y mis heridas están comenzando a cerrarse.
¿Qué sucedió?
—¡Kagura!
¿Acaso ese hanyô no puede dejarme en paz?
Con algo de trabajo saco una de mis plumas y comienzo a elevarme. El viento, como siempre, me da una agradable bienvenida y me confirma la respuesta que nunca vi del todo, tal vez por tenerla tan cerca.
Vale la pena sufrir todo esto si al final puedo ser una con el viento y sé que lo conseguiré.
¿Qué importa si soy tan cobarde para desear la muerte nuevamente?
Lo era, siempre estuve temerosa después de ver el poder que él tenía sobre todos -sobre mí- pero no lo seré más.
Confiare en él y en todos los que luchan, aunque lo hagan por sí mismos y no por mí. Sé que ellos lo acabaran y alcanzare mi mayor deseo, pero mientras tanto tendré que seguir con mi vida y observar todos sus avances sin que él se de cuenta.
—¡KAGURA!
—Ya voy en camino —murmuro molesta, sabiendo que él me está escuchando y que recibiré un castigo por fallar en la misión que me encomendó. Pero no importa, algún día seré libre y todo esto se convertirá en un lejano recuerdo.
10/05/2004